Somos América, no "Las Américas"
Por Pedro Domínguez Brito.-
La primera vez que visité
New York alguien me preguntó de dónde era. “Soy de América”, le contesté.
“¿Entonces eres de los Estados Unidos?”, me cuestionó de nuevo. “No, soy de
América”, le respondí.
Mi interlocutor no entendía. En las escuelas de la patria de
Martin Luther King enseñan que nuestro continente no es uno, sino tres:
América, que son ellos, Centroamérica (incluye el Caribe) y Sudamérica. En sus
mapas tenemos colores distintos para evitarles confusiones.
Y nosotros
aceptamos esa discriminación como algo natural. Así se explica que aquellos
famosos encuentros de presidentes del área los llaman “Cumbre de Las Américas”,
porque George no puede ser del mismo lugar que Rafael.
Estados
Unidos de América es el nombre de una gran nación. No se llama “América de los
Estados Unidos” ni “Estados Unidos es América”. Y sin ánimo de discriminar a
los sajones y arios que habitan en el “nuevo mundo”, estoy convencido de que
los más auténticos americanos somos los nacidos gracias al encontronazo de las
razas indígena, negra y blanca.
Lo
que surgió de ahí es lo que tiene sabor a Amazonas, tambor, maíz, tabaco, mate,
tango, merengue, son; a Juan Pablo Duarte, Sebastián Lemba, Moctezuma, Simón
Bolívar, José Martí…
Soy
de América, soy un americano de padres tamborileños, aunque mi símbolo patrio
no sea el águila y prefiera el arroz con habichuelas al McDonald’s y a Víctor
Víctor bachateando que a Elvis Presley rockeando.
Es
cierto: existe una América rica y otra pobre. Pero, total, es solo una, por más
que algunos digan que son tres. ¿O es que acaso son siete los continentes?
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