Nuestras Glorias: Papito Pagan

  

Rafaael Matos Feliz


Las brisas frescas del último día de diciembre del 1926 pasaron por el hogar de los señores José Pagán Vargas (puertorriqueño) y María Vargas (cabraleña), recibiendo en sus brazos al niño que acababa de nacer en el Batey Central y a quien le dieron por nombre, Silvestre. Este acontecimiento significó el regalo de Año Nuevo para la feliz pareja de padres y una agradable recepción entre los familiares.-

 

Silvestre Pagán Vargas, (Papito Pagán, como se le conoció), con poca edad, ingresa a la escuela primaria localizada donde hoy está la Agencia Panchín Brilla y allí bajo la tutela del profesor Núñez, alcanzó el 4to curso. Luego, por cosas de la vida y con 14 años, descontinuó sus estudios. Por interés personal se dedicó a jugar pelota con otros compañeros en el play detrás del mercado público. Perteneció a la Liga Nadín Hazoury.

 

Como jugador juvenil, se recuerda cuando dos equipos locales jugaban un campeonato en la provincia y ese día, Papito despachó el metrallazo que hizo ganar a su equipo. La algarabía se escuchó en los confines de casi todos los barrios provinciales.

 

Se desempeñó en la segunda base y demostró ser un jugador de buen calibre, por lo cual en el 1944, con 18 años, pasa a la Selección Amateur de Barahona. Esta selección tenía como manager al ilustre dirigente Deportivo Liquito Hernández y a partir de ese momento, Papito Pagán participa en todos los campeonatos de la región sur. San Juan, Baní, Azua, San Cristóbal, Las Matas y otros pueblos vieron a este intermedista sacarles muchos outs, doble outs y lo vieron despachar hits por entre sus defensas y como se dice en buen dominicano, “aguarles la fiesta”.

 

Una anécdota muy recordada por la fanaticada, es la que cuenta que cuando la selección barahonera se enfrentaba a la selección sanjuanera, en el juego decisivo del campeonato del sur, en el año 1947 y en el estadio de la Normal de Santo Domingo, le tocaba a Papito Pagán batear en la séptima entrada con bases llenas. El juego estaba 3 a 2 a favor de San Juan.

 

El manager, Liquito Hernández, conocedor de la velocidad y del dominio del bate de su jugador, se le acerca y le dice al oído “Papito empátame el juego con un buen toque”. Dicho y hecho, cuando vino el lanzamiento, le presentó el bate y salió un rodado por la tercera, por la otra línea salió Papito como un bólido hacia primera y el corredor de tercera despegó para el plato. El antesalista de San Juan, que lo era el estelar del deporte, Olmedo Suárez, corrió frenético a tomar la bola y al hacerlo se tuvo que quedar con ella, pues ya “todo el mundo” había llegado a las bases. Ahí mismo se armó la algarabía, empatándose el juego y las bases continuaban llenas.

 

Luego vino a batear la gloria deportiva barahonera, Rafael Lagares (Rafa), quien pegó tremendo tripletazo, que vació las bases, llevó arriba a la escuadra local, entusiasmó a la fanaticada cuatriboliá y le bajó la estima a los sanjuaneros. Finalmente, al culminar el juego, Barahona se coronó Campeón del Sur.

 

En 1948, le tocó a Papito Pagán junto a los campeones del sur, enfrentar a la gloriosa escuadra de Santiago, campeones del norte, y fue ese el enfrentamiento que quedó sellado con dolor, luto y amargura en la mente y corazón de todos los dominicanos, pues después de dividir victorias, los santiagueros cayeron en accidente aéreo, perdiendo la vida entre montañas perdidas. Papito quedó tan impresionado y marcado por esta tragedia que nunca más se le vio jugar y queriendo olvidar penas y curar heridas, se dedicó a otras cosas alejado del deporte y fue así como buscó trabajo en el Ingenio Barahona.

 

En esta empresa ocupó el puesto de Encargado de almacén. Allí pasó unos 12 años y luego fue Celador de Aduanas, por 9 años. Volvió al Ingenio y permanece hasta el año 1987, fecha que se pensiona por el Seguro Social. Papito Pagán no se llegó a casar ni procreó hijos. Él, junto a Femo Peterson y a Manuel “come azúcar”, hasta el 2003, fueron visitantes continuos a Santiago; desde que la Asociación de Cronistas Deportivos de allí institucionalizó la Conmemoración de los caídos en Río Verde. Desde el 2003, sólo Papito Pagán y Femo quedaban como las glorias vivas de aquel pasado histórico y heroico; pero el 30 de agosto del 2011, se nos fue la vida de Papito Pagán, gloria del deporte barahonero.

 

¡¡ PAPITO, GLORIOSO ERES EN NUESTRA HISTORIA DEPORTIVA!

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